De repente Manuel fue cortado por Blanca.
–
Mi mayor deseo es salvar al mundo, quiero usar el objeto.
–
Te volverás loca Blanca, no lo utilices.
–
Me da igual volverme loca si salvo a la humanidad.
De repente Blanca empieza a correr hacia aquel objeto extraño, con forma de espejo. La
niña lo coge y dice:
–
Mi mayor deseo es salvar a la humanidad.
El espejo no responde.
–
¡He dicho que quiero salvar al mundo!. -grita Blanca, llorando.
De repente, el espejo comienza a brillar.
–
El espejo solo funciona si el deseo lo quieres con todo el corazón. -dice asombrado
Manuel.
En este momento, el pueblo llamado Caudete comienza a brillar. Todo empieza a
reconstruirse y, a lo lejos, se ve que toda la Tierra comienza a reconstruirse.
–
Blanca, te volverás loca, ¡no dejaré que sigas!.-dice Manuel llorando.
–
Pero es que no te das cuenta Manuel, yo te quiero como a un padre, y me da igual
volverme loca si lo hago por ti. -contestó Blanca mientras toda la tierra brillaba.
Y después de dos días, la Tierra dejó de brillar.
–
Nos has salvado Blanca, gracias.
–
El espejo no me volvió loca, ya que, mi deseo era desinteresado, no lo hacia por
mi, era por ti.
Meses después, Blanca y Manuel siguieron su aventura y hasta el día de hoy siguen
siendo muy recordados.