CATEGORIA C
Primer Premio Narrativa
Titulo: Visión borrosa
Autora: Marta González Pagán
Visión borrosa
-¡Berta! ¡Levanta que vas a llegar tarde al insti!
-Aaahh! Espera un poco,y luego me llevas en tu coche...
-¡No! Levántate ya que tienes que desayunar,que ya has oído lo que nos dijo el médico,tienes que
comer,que estás en los huesos y caerás enferma.
-¡Jopeta! ¡Mamá! Que no me rayes más la cabeza,que eres una pesada.
Berta,como os imagináis,era una adolescente como todas las demás,pero tenía algo especial,tenía un
problema alimenticio,era anoréxica.
Esta enfermedad es como una moda. Ahora las adolescentes se preocupan demasiado por el físico y por el
que dirán los demás,y esto las lleva a verse gordas ante el espejo. El problema no es que se vean
gordas,sino la solución que encuentran para bajar de peso,que como todo el mundo sabe,es hacer hasta lo
imposible para no comer.
Bueno,pues Berta tenía que comer bastante porque días atrás había caído desmayada en uno de los
pasillos de su instituto y la que había comunicado el problema de Berta al director había sido Sara,la mejor
amiga de Berta., que sabía que desde algunos días que Berta era anoréxica porque la pillo tirando el
almuerzo a la papelera.
Cuando Berta llegó al instituto,su amiga Sara estaba en la puerta esperándola con una incertidumbre que la
agobiaba por dentro y cuando Berta se le acercó,ésta la asaltó con numerosas preguntas:
-Berta, ¿te encuentras mejor ahora?
-Si,Sara,pero no me hables de eso ahora que estoy “tope rayaaa”.
-Vale,pero come que es por tu bien,si no,te ingresaran en el hospital.
A la hora del recreo,Berta se comió la mitad del bocadillo,pero no se lo terminó y acabó haciendo lo mismo
que todos los días,tirarlo a la papelera. Después de haber tirado el bocadillo,Berta hacía de todo para no
verse gorda,pero le era imposible.
Se vio de tal manera,que se encerró en el aseo durante tres horas sin contestar a las preguntas del
director,de Sara o del psicólogo del instituto:
-Berta,sal,ya que es tarde.
-Ven,vamos y hablamos sobre tu problema,te hará bien.
-¿Estás bien? Contesta Berta,estamos preocupados por ti.
Pero Berta no salió hasta que se fueron todos del aseo y cuando lo hizo,su cara era un cuadro
incomprensible,en el que no se podía distinguir la felicidad de la tristeza,pero era obvio que algo le
atormentaba. Estaba pálida,tenía ojeras de no haber dormido durante dos días,parecía un muerto viviente,y
no es por exagerar,pero era tal cual lo parecía,y nadie se atrevía acercarse a ella a decirle algo. En ese
momento,Berta cogió la mochila del suelo y corrió hasta la puerta principal para salir del edificio,pero esto lo
hizo con la mirada en el suelo y sin decir ni una sola palabra,se salto la última hora de clase.
Este había sido uno de los peores días de Berta,en el que no se podía comprender que quería decir. Sara
sabía que su amiga necesitaba su apoyo y también la ayuda de un psicólogo,pero sabía que su amiga no
iba a acceder fácilmente a recibir la ayuda de alguien del que poco conocía.
Esa tarde Berta,no comió,no dijo nada,lo único que hacía era estar encerrada en su habitación,unos ratos
llorando en la cama,otros,mirándose en el espejo con cara de asco y otros,subiéndose a la báscula,pero
cuando lo hacía,miraba con miedo el peso que ponía en ella y se deprimía aún más porque nunca le
gustaba lo que veía en la báscula.
Berta no fue al instituto durante varios días,ni tampoco salía de su casa y sentía como el mundo se le venía
encima. Su madre,como era obvio,estaba preocupada y aunque le costó al tercer día después de lo
sucedido consiguió convencer a su hija para que retomara las clases.
El día que Berta fue al instituto se encontró como siempre,con Sara,pero esta vez su amiga no empezó a
hacerle un interrogatorio,sino que comprendió que no era conveniente volver al tema y que ya hablaría con
Berta más tarde.
Después de las clases,Berta y Sara quedaron con algunos compañeros de clase para ir a tomar algo y para
que Berta se despejase,pero antes de que llegasen los compañeros al sitio acordado,Sara intentó