Y te vuelves a introducir en esa pequeña depresión de la que ya estabas saliendo, y otra
vez, creas tu pequeña montaña de un grano de arena, esa montaña a la que ya estas
acostumbrada a visitar, a la que poco a poco le has cogido un cierto cariño, y si, puede
que esto sea la opinión de una adolescente más entre otros muchos, pero al fin y al cabo,
es una pequeña porción de realidad, que pensaran que solo estoy exagerando ciertas
cosas como adolescente que soy, y no…
Puede que sea falta de madurez, o que me sobra conocer ciertas cosas que por suerte o
por desgracia me ha tocado vivir, viendo como los míos sufren, y sintiendo como superan
sus adversidades. Viendo los momentos blancos y negros de los demás y sin saber como
son los míos realmente, sintiendo dudas y curiosidad de absolutamente todo y de esta
manera aprendiendo día a día, conocer a base de experiencias, aprender a base de
golpes, y es así, es una realidad que a poca gente le interesa.
Que ayudas a todos en sus peores momentos y cuando tú te sientes así no ves a nadie
que vaya a ayudarte, ahogando tus penas en simples palabras, palabras con las que te
sientes liberado, sientes que te has quitado un peso de encima, y es que, aunque si,
puede que yo solo sea así, que sea reservada y que no me guste hablar con la gente de
mis problemas, o puede que nunca me hayan dejado hablar sobre ellos, pero lo que si se
es que el día en que lo haga empezaré a ver los diferentes tonos de grises que me rodean
y que siempre han estado ahí y nunca me había dado cuenta.
Que cuando ese momento llegue no lo sabré ni yo, no sabré si era una etapa más que
tenía que pasar, o es que realmente veía las cosas como son, si será la madurez o tan
solo otra fase de la adolescencia, y puede que sí, que haya conseguido dejar atrás
aquellas pequeñas depresiones, que puede que ya haya alcanzado la cima de esa
pequeña montaña de un grano de arena, y puede que sí, que haya madurado lo suficiente
cuando ese día llegue, y me daré cuenta de que la adolescencia sí que me ayudó, si que
servía para muchas cosas, sobre todo para madurar, y seguir creciendo como persona, y
ahí me daré cuenta de que soy como soy, de esa forma, gracias a esa pequeña montaña
de un grano de arena que en tantos momentos me acompañó…