tranquilamente. Le miró, se acercó y le dijo:
-Hoy estás especialmente guapa, ya he acompañado a Sally y, mientras hablaba con ella,
me he dado cuenta de que no es tan genial como siempre me la he imaginado. Alba,
¿quieres salir conmigo?
Alba se sonrojó y cuando estuvo a punto de decirle que sí al chico que siempre le había
gustado algo golpeó a Dani por detrás. Era otro Dani con un bate de boxeo. Entonces
Dani, golpeado, se conviritó en polvo.
-Todo esto es una mentira, no sé que ha pasado pero esto no va nada bien, ¿qué llevas
entre las manos?- preguntó Dani.
-Es un frasco, que debió habérmelo dado el señor que me compró la colección entera de
las muñecas de colección que yo quería, ha sido bastante simpático- dijo Alba.
-¿Y no crees que es un tanto sospechoso que un señor que no conoces de nada te
compré una colección de muñecas valorada en dos mil euros?-preguntó sarcásticamente
Dani.
Alba se dio cuenta del engaño pero si el hombre había sido una ilusión, ¿quién le había
dado el misterioso frasco? Dani leyó lo que ponía en el bote y lo comprendió.
-Esa frase quiere decirnos que estamos en una ilusión, nada de esto es real, y solo en la
realidad puedes tener sueños que cumplir pues en una ilusión todo lo que quieras lo
tendrás- dijo Dani emocionado por haber resuelto el misterio.
Entonces una sombra apareció delante de ellos y comenzó a correr. Dani le arrebató el
frasco de las manos a Alba y corrió tras la sombra. Alba le siguió.
-¡Debemos echar una gota del frasco a esa sombra! Ella debe ser la causante de todo
esto- gritó Dani.
Entonces Alba empezó a correr con todas sus fuerzas hasta adelantar a la misteriosa
sombra. Esta estaba acorralada, Dani y Alba la rodeaban impidiéndole la huida. Dani abrió
el frasco y echó una gota a la sombra. Una mujer alta y esbelta apareció tras la sombra,
un mechón de su pelo le tapaba un ojo pero de repente sonrió, dejando ver sus dientes
afilados como colmillos y dos pares de brazos saliendo de sus hombros. El misterioso
monstruo con forma de mujer dio un salto tan alto que se subió al tejado y gritó:
-Soy Céline, la mestra ilusionista, no olvideis este nombre pues he intentado complaceros
pero como no queréis os enterraré junto con el resto de la ilusión.
Una gran explosión había sonado justo en la entrada del pueblo, ¡se estaba derrumbando
la ilusión! Alba y Dani comenzaron a correr hasta que se dieron cuenta que solo estaban
atrasando lo inevitable. La explosión los alcanzaría en unos segundos pero justo entonces
a Dani se le ocurrió una idea. Vertió otra gota del frasco sobre su dedo y este lo levantó
hacia la explosión. Nada más tocar el dedo de Dani, la explosión desapareció antes de
que los derribase a ellos. Dani y Alba corrieron entonces tras Céline quien iba corriendo
de tejado en tejado. Estos la persiguieron durante diez minutos hasta que dejaron de
verla. De repente, Dani sintió algo detrás de él y le lanzó el frasco a Alba. Segundos
después este había sido inmovilizado por Céline. Alba corrió hacia Céline para vertirle la
última gota, pero ésta hizo su última sentencia. Creó otra ilusión de Dani, pidiéndole de
nuevo salir.
-Todo puede ir bien si os quedáis, ¿por qué no podemos dejarlo en paz? Yo solo quiero
ver a la gente feliz, no hay nada malo en eso- dijo Céline.
-¡No la escuches te pretende engañar! ¡¿Qué harás cuando tengas todo lo que deseas?!
¡No hay nada en la vida mejor que sentir satisfacción tras alcanzar tus metas!- gritó Dani a